Son estas fotos de nuestra loquita LOLA.
Cuando la acogimos tenía una pata destrozada, ahora miradla, feliz, corriendo, sana, alegre y tan loca como siempre.
Mil gracias a Fred y Chantal, sus adoptantes. Magníficos como adoptantes y mejores aún, si cabe, como personas y amigos.
No puedo dejar de agradecerle su labor incansable a una amiga y ejemplo en protección animal y en la vida, que hizo esto posible para nuestra Lola y que lo logra, con gran esfuerzo y tesón, para otros muchos, María de los Ángeles Gómez Salpico.